El biodiésel es un gasóleo que se obtiene por la transesterificación de triglicéridos (aceite). El producto obtenido es muy similar al gasóleo obtenido del petróleo (petrodiésel) y puede usarse en motores de ciclo diésel, aunque algunos motores requieren modificaciones.
Proceso de obtención
El proceso de transesterificación consiste en combinar el aceite (normalmente aceite vegetal) con un alcohol ligero, normalmente metanol, y deja como residuo glicerina que puede ser aprovechada por la industria cosmética, entre otras.
La fuente de aceite vegetal suele ser aceite de colza, pues es la planta con mayor rendimiento de aceite por hectárea, aunque también se pueden utilizar aceites usados (por ejemplo, aceites de fritura), en cuyo caso la materia prima es muy barata y, además, se reciclan lo que en otro caso serían residuos.
Ventajas
El biodiésel no contabiliza en la producción de anhídrido carbónico porque se supone que las plantas absorbieron ese gas en su crecimiento, así que, por ello, ayuda a contener la emisión de gases de efecto invernadero. En realidad la cuenta no es tan sencilla, pues el metanol que se emplea en su fabricación se suele obtener del petróleo, por lo que el balance de CO2 no es nulo. Se podría obtener metanol de la madera, pero resulta más costoso. Además, es una fuente de energía renovable, siempre que el metanol se obtenga a partir de la madera.
Por otro lado, la glicerina también se puede quemar, por lo tanto tampoco su combustión contabiliza en la producción de CO2
Inconvenientes
A pesar de sus muchas ventajas, también presenta algunos problemas. Uno de ellos es derivado de su mejor capacidad solvente que el petrodiésel, por lo cual los residuos existentes son disueltos y enviados por la liíea de combustible, pudiendo atascar los filtros. Otro ítem es una menor capacídad energética, aproximadamente un 5% menos, aunque esto, en la práctica, no es tan notorio debido al mayor índice cetano, lo que produce una combustión más completa con menor compresión.
No existe registro de que produzcan mayores depósitos de combustión ni tampoco que degrade el arranque en frío de los motores. Por su mayor índice de cetano y lubricidad reduce el desgaste en la bomba de inyección y en las toberas.
Otros problemas que presenta se refieren al área de la logística de almacenamiento, ya que es un producto hidrófilo y degradable, por lo cual es necesaria una planificación exacta de su producción y expedición. El producto se degrada notoriamente más rápido que el petrodiésel.
El rendimiento promedio para oleaginosas como girasol, maní, lino, arroz, algodón, soja o ricino ronda los 900 litros de biodiésel por hectárea cosechada. Esto puede hacer que sea poco práctico para países con poca superficie cultivable; sin embargo, la gran variedad de semillas aptas para su producción, muchas de ellas complementarias en su rotación o con subproductos utilizables en otras industrias, hace que sea un proyecto sustentable.
Estándares y regulación
Los esteres metílicos de los ácidos grasos (FAME), denominados biodiésel, son productos de origen vegetal o animal, cuya composición y propiedades están definidas en la norma EN 14214, con excepción del índice de yodo, cuyo valor máximo queda establecido en 140.
En España el biodiésel aparece regulado en el Real Decreto 61/2006, de 31 de enero, por el que se determinan las especificaciones de gasolinas, gasóleos, fuelóleos y gases licuados del petróleo y se regula el uso de determinados biocarburantes.
19/12/2006
Una Pyme local exportará 36.000 toneladas de biodiésel a España
Finalmente, el negocio del biocombustibles dejó de ser un proyecto para convertirse en realidad. Una empresa de capitales locales cerró un acuerdo con una firma europea para proveerle 3 mil toneladas mensuales por un valor anual de u$s25 millones. En una segunda etapa, prevén duplicar los envíos
El negocio de los combustibles alternativos es un tema recurrente desde mediados de la década pasada. Sin embargo, este nicho, que proyecta convertirse en un commodity a nivel mundial, no dejó de ser, justamente, un nicho. La explosión, largamente augurada, nunca terminó de consolidarse. Resulta paradójico que la Argentina, el primer exportador mundial de aceite de soja y tercer exportador de porotos, que además posee el polo de crushing más importante del planeta, no haya alcanzado un lugar relevante en la producción y comercio de esta matriz energética. Las razones radican, por un lado, en que los biocombustibles dejaron de ser económicamente rentables para el mercado interno, ya que este recurso es un 55% más caro que el precio del gasoil, que mantiene sus precios intervenidos. Otro factor que entibió su proliferación fueron las normas de calidad internacionales. Su nivel de exigencia provocó que, muchas de las plantas con capacidad instalada para producir bio, no pudieran exportar. Así, con ambos frentes, interno y externo, prácticamente cerrados, muchas plantas dejaron de operar y otras continuaron trabajando para transformar los proyectos en realidad. Una de esas plantas fue Grutasol, Pyme que tiene una planta en Pilar y que comenzó a investigar el desarrollo de oleocombustibles en 1999. En el año 2000 finalmente se conformó la sociedad y, un año después, lograron instalar el primer surtidor en Galarza, provincia de Entre Ríos. “Somos pioneros de los biocombustibles en la Argentina; de las empresas que arrancamos en 1999 somos la única que aún se mantiene en el negocio”, explicó a infobaeprofesional.com José Luis Martínez Justo. La empresa debió invertir 200 mil dólares en reingeniería para ampliar su capacidad instalada. De este modo, hoy puede producir 3 mil toneladas mensuales de biodiésel puro. Pero la idea es, a mediano plazo, invertir 400 mil dólares más y llevar la planta a 6 mil toneladas. Para ello, según Martínez Justo, quien durante 20 años fue titular de la Cámara Argentina de Lubricantes, “fue imprescindible contar con financiación y aquí jugó un papel preponderante el ingreso del grupo inversor de capitales locales Soyenergy". “Tuvimos numerosos pedidos por parte de grandes brokers que querían abrirnos una carta de crédito, pero como aún el biocombustible no es un commodity, los bancos no estaban en condiciones de realizar una prefinanciación. La principal traba es que las entidades saben hasta qué punto las empresas argentinas están en condiciones de hacer un bio que sea de exportación y que cumpla con los estándares internacionales, como para garantizar la operación”, explicó. ReferentesAnte la cada vez mayor necesidad de abastecimiento de biodiésel, las empresas europeas son las que salen en búsqueda del producto y no a la inversa. En este sentido, Martínez Justo señaló que, como Grutasol era la única empresa que había quedado con las puertas abiertas y ya estaba inscripta en la Secretaría de Energía, “cualquier contacto del exterior era canalizado oficialmente hacia nosotros. Así nos convertimos un poco en los referentes. La idea fundamental era no cerrar la empresa, sabíamos que en algún momento el negocio iba a ser rentable y el momento llegó”. En este contexto, "hay muy pocas empresas que exportan y si lo hacen, es por volúmenes muy pequeños. Incluso, las pocas plantas que realizaron algún envío, no lo hacen a través de la partida arancelaria del biodiésel, sino por la partida de derivados grasos, porque no figuran en el registro”, agregó el empresario, quien participó en el último desayuno del año de la Asociación Argentina de Logística Empresaria (ARLOG), que tuvo lugar el martes pasado en el Hotel Sheraton. Punto de partidaDe este modo, Soyenergy tiene firmado un compromiso para embarcar el primer cargamento en febrero de 2007, con el objetivo de exportar 3 mil toneladas mensuales. Si bien el importador en España utilizará el biodiésel para realizar cortes, ya hay otra empresa española que aprobó el producto para abastecer una flota de camiones con el mismo producto en estado puro, que recibe el nombre de biodiésel 100. Una vez duplicada la capacidad, el objetivo será apuntar al mercado alemán, italiano y suizo. “Hace pocos días recibimos empresarios de ese país y también nos visitará un broker norteamericano, hay puntas interesantes para hacer negocios”, explicó Martínez Justo. Si bien el objetivo en el mediano plazo es alcanzar una producción de 6 mil toneladas mensuales, cuya totalidad se destinará a los mercados externos, la propuesta de SoyEnergy es que Grutasol alcance, a largo plazo, una capacidad de 20 mil toneladas. PartnersA partir del expertise de Grutasol y la constitución de Soyenergy S.A, la misma se lanzó, además, a la búsqueda de plantas chicas que quieran sumarse a un esquema exportador pero que no cumplan con los estándares de calidad necesarios. “Una planta la levanta cualquiera, no son más que bombas, sistemas de recirculación, intercambiadores de calor, una caldera y los tanques de almacenaje. La clave es cómo cumplir con las normas de calidad que exige el mercado internacional y eso es lo que proporcionamos dentro del proyecto”, explicó Martínez Justo. A la hora de hablar de proyecciones para el sector, el empresario sostuvo que “el futuro está en la oleoquímica. Hoy se puede desarrollar una infinidad de derivados para reemplazar a la petroquímica”. “La Argentina tiene una oportunidad histórica. Esto es lo que hay que apoyar, no tiene sentido que el país exporte aceite crudo, cuando podrían exportar millones de toneladas de derivados y agregar mano de obra a la materia prima”, concluyó el directivo. Juan Diego Wasilevsky juandiego@infobae.com
domingo, 28 de enero de 2007
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